7 Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría». 8 Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra que compartir con otros.
2 Corintios 9:7-8 (NTV)
Nota: Esta es la segunda parte de una serie corta sobre la mayordomía y el dar. Puedes encontrar las primeras 5 preguntas aquí: “10 Preguntas de Mayordomía – Parte 1“.
- Ok, digamos que estoy de acuerdo con usted sobre el diezmo. ¿Doy de mi ingreso bruto o de mi ingreso neto?
- Esta es una pregunta muy común entre aquellos que practican el diezmo. Mi propia perspectiva es que debe venir del ingreso grueso, ya que las Escrituras indican que debemos honrar a Dios con nuestros primeros frutos (Proverbios 3:9). Asimismo, los impuestos se sacan del ingreso grueso, y yo hemos decidido que no voy a dar a Dios algo menos de lo que doy al César.
- ¿Puedo considerar mis donaciones a otras obras de caridad como parte de mi diezmo?
- Mi opinión es que estas donaciones entran en la categoría de las ofrendas que se dan a partir de los excedentes y están separadas del diezmo. El diezmo debe centrarse en el apoyo a la iglesia local. Todas las otras ofrendas, serían encima del diezmo.
- ¿A qué edad una persona debe comenzar a diezmar?
- En primer lugar, creo que a los niños se les debe enseñar cómo manejar el dinero. Esto debe incluir el concepto de remuneración por un trabajo hecho (por ejemplo, de hacer las tareas domésticas). A medida que ganan dinero, deben aprender los conceptos de gasto, el ahorro, y de dar. A medida que crecen, yo diría que el diezmo empezaría cuando se establezca un ingreso regular.
- Digamos que recibo una herencia. ¿Tengo que dar un diezmo de eso?
- Mi entendimiento es que se nos ordena dar como nuestros ingresos crecen a partir de nuestro trabajo (2 Co 8:9-13). Una herencia entra en la categoría de un regalo, así que probablemente no daría el diezmo de eso. Sin embargo, creo que si quieres dar el diezmo o dar a ser una bendición para la iglesia que está bien también. Nunca puedes ganarle en Dios con tus donaciones.
- ¿Qué hay en esto para mí?
- Esta es la mejor parte. En primer lugar, vas a experimentar la alegría de dar. Dios es el gran Dador y nos ha dado todo lo mejor. Cuando damos, simplemente estamos emulando a nuestro Padre Celestial. En segundo lugar, cuando apoyas el trabajo de tu iglesia, vas a participar en la gran aventura de hacer la obra de Dios. Por último, cuando das para ayudar a los demás, pones amor y la compasión en acción. El propósito de poner tu dinero bajo control, de crear riquezas es para que puedas compartir las bendiciones con los demás. Confía en mí, es mejor dar que recibir (Hechos 20:35).
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“Dios es un Dios de gracia. Su gracia proporciona fuerza para ganar, generosidad para dar y humildad para recibir.”
Dr. David Jeremiah
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